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Consumo de drogas crece y la percepción del riesgo baja

Según la encuesta, el 65% de personas reconoció que toma alcohol en la playa y el 11% manejó ebrio. Estudio de Cedro en playas detectó que solo 14.7% considera la marihuana como droga riesgosa.

El 70% de los veraneantes está de acuerdo con prohibir la venta de bebidas alcohólicas en las playas. (USI)
El 70% de los veraneantes está de acuerdo con prohibir la venta de bebidas alcohólicas en las playas. (USI)
Mariella Sausa

Mariella Sausa

Ante el intenso calor que sofoca a los limeños, cada vez son más los jóvenes que buscan el descanso, relax y diversión en las playas. El problema es que la recreación no queda solo en la arena, el sol y el mar, sino que se traslada a la noche, a las fiestas y celebraciones donde abundan el alcohol y las drogas, escenario perfecto para que muchos menores de edad se inicien en el consumo.

En momentos en que se debate la posibilidad de legalizar la marihuana medicinal, el Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas (Cedro) hizo un estudio, con 1,200 jóvenes entre 15 y 35 años que acuden a 18 playas de Lima –desde Ventanilla hasta Asia–, y analizó el estado actual del consumo de alcohol y drogas. Lo que encontró fue alarmante: mientras el consumo crece en estos escenarios durante el verano, la percepción de riesgo entre los jóvenes baja.

Por ejemplo, en el caso de la marihuana, solo un 14.7% considera que es una droga riesgosa, mientras que el 12% opina lo mismo del éxtasis y apenas un 5.7% cree que las anfetaminas y las drogas sintéticas representan un peligro.

En el caso del alcohol, la situación es similar: solamente un 4.8% cree que las bebidas alcohólicas son peligrosas, y en el caso de los energizantes la situación es peor, pues un pequeño 0.1% considera que pueden conllevar a algún riesgo, mientras que un 18% de encuestados reconoce que consume estas bebidas mezcladas con alcohol.

“Todas estas sustancias tienen un riesgo muy alto, pero los jóvenes no lo perciben así. En el caso de los energizantes, por ejemplo, aunque estas bebidas de por sí no representan un peligro, si se mezclan con alcohol o con medicamentos psiquiátricos se convierten en una bomba de tiempo. La mezcla de sustancias que deprimen y a la vez estimulan el sistema nervioso central puede multiplicar los riesgos de reacción adversa, como accidentes cerebrovasculares, taquicardias severas o hasta paros cardiacos”, advirtió Milton Rojas, especialista de Cedro.

ALTO CONSUMO DE ALCOHOL

Pero las cifras no se quedan ahí. El estudio de Cedro encontró, además, que el 65% de encuestados señaló que cuando va a la playa consume bebidas alcohólicas, el 11% reconoció que manejó un auto en estado de ebriedad, mientras que 1.6% lo hizo bajo los efectos de drogas, como la marihuana.

“El abuso del alcohol en el Perú ya está definido como un problema de salud pública. Hay miles de pacientes alcohólicos en el Perú y en la época de verano esta problemática se acentúa, pero los jóvenes no lo ven. Además, cuando una persona maneja bajo los efectos de la marihuana está en alto riesgo de sufrir un accidente, pues esta sustancia hace más lento el funcionamiento químico del cerebro y prácticamente anula los reflejos”, manifestó Rojas.


LAS NUEVAS DROGAS

El estudio también refirió que, según los veraneantes encuestados, las nuevas drogas a las que se puede tener acceso en las playas son los anabólicos, una variedad de marihuana denominada ‘chocolate’, que no es la tradicional sino que es mucho más potente y dañina; el Popper, que mayormente se emplea en colectivos gays para estimularse sexualmente, y el 2CB, que también se denomina cocaína rosa y tiene un efecto similar al LCD, pero es mucho más potente.

Al respecto, Eduardo Cruz, especialista de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida Sin Drogas (Devida) explicó que, según el monitoreo realizado por especialistas de la institución –teniendo en cuenta los datos de las emergencias médicas y de los centros de salud ubicados en zonas de playa–, durante la temporada de verano los jóvenes incrementan el consumo de alcohol, así como de marihuana, pasta básica de cocaína y drogas sintéticas, como el éxtasis.

Cruz refirió que las drogas son vendidas con mayor énfasis en las discotecas, en los alrededores de las playas e incluso vía Internet y entre personas con cierto poder adquisitivo. “Para estos jóvenes beber alcohol es algo normalizado, pese a que este tiene un poder adictivo alto. Lo más peligroso es que eso puede llevarlos a probar nuevas sustancias y así generar nuevas adicciones”, subrayó.

INICIO DE UNA ADICCIÓN

Cruz señaló que las probabilidades de que una persona desarrolle una adicción se incrementan más si esta se inició muy tempranamente en algún tipo de consumo. “En las escuelas ya se ha encontrado que menores de 13 años consumen drogas legales como el alcohol, mientras que adolescentes de 14 años ya consumen drogas ilegales, lo cual es muy peligroso”, mencionó.

Sobre el tema, el psiquiatra Humberto Castillo explicó que en el verano la mayoría de jóvenes consume más alcohol o drogas por un condicionamiento social. “Debido al marketing, hay una asociación del verano con la cerveza y de la cerveza con la diversión. Es tal como ocurre con el deseo de comer cancha cuando la gente va al cine”, precisó.

Indicó que la mayoría de gente que recurre al alcohol y las drogas son personas con vacíos emocionales que buscan relajarse y escapar de la realidad con experiencias radicales e intensas. “A más vacío, más inseguridad y más consumo de drogas para activarse”, dijo.

Castillo comentó que el desarrollo de una adicción no solo depende de la sustancia que se consume y la frecuencia con que se exponga a ella, sino también de la vulnerabilidad de cada individuo, pues hay personas que han nacido con mayor predisposición que otras a presentar una adicción.

Alertó que una señal de que una persona comienza a desarrollar una adicción es el denominado “atracón” de alcohol que suelen realizar los jóvenes los fines de semana. “Ahí los padres deben estar muy alertas, pues es muy probable que la persona ya esté desarrollando una dependencia, se está quebrando y necesita ayuda”, manifestó.

Al respecto, Cruz recalcó que el consumo de drogas ocasional y experimental no causa una dependencia problemática, pero sí puede generar un estado de desinhibición y euforia que también puede ser mortal. “Ello porque en el Perú las drogas muchas veces no son puras y están adulteradas con otras sustancias indeterminadas que pueden causar una sobredosis en su primer consumo”, puntualizó.

“A no bajar la guardia”

Aunque está de acuerdo en que alguno de los componentes de la marihuana puede ser beneficioso para tratar ciertas enfermedades, Eduardo Cruz, especialista de Devida, señaló que se debe tener cuidado con la posible legalización de la planta medicinal, pues eso podría hacer bajar la guardia de los jóvenes respecto a los riesgos que implican las drogas.

Ello porque cuando se habla de legalizar la sustancia, los jóvenes menos informados pueden interpretar que se trata de todo tipo de marihuana, lo cual no es así.

“Cuando se dice que la marihuana es buena, es medicinal y cura enfermedades, muchos adolescentes pueden confundirse y usarla pensando que es segura. Esa situación ya se ha dado en lugares donde flexibilizaron la legislación sobre drogas, como Holanda y Colorado, en Estados Unidos, o Uruguay, donde luego de la medida se ha producido un incremento del consumo de drogas”, dijo.

Cruz señaló que hay documentación científica contundente sobre el daño que el abuso de la marihuana puede causar en la salud mental y en las capacidades cognitivas de los jóvenes.

“Por ello hablar de su legalización sin tener en cuenta estos estudios es muy peligroso. Muchas veces los políticos, en su intento de agradar a todos, no se documentan bien y envían mensajes que confunden a la población. Por eso es importante analizar este tema con información precisa y con base científica”, aseveró.

TENGA EN CUENTA

  • Los veraneantes encuestados por Cedro destacan, entre los peligros en las playas, los accidentes de tránsito, los robos y la exposición a las drogas, pero sobresale el acoso sexual.
  • Pese a que la mayoría de municipalidades de Lima ha prohibido el expendio de alcohol en la playa, la encuesta reveló que el acceso a este es muy fácil.
  • El 70% de los veraneantes está de acuerdo con prohibir la venta de bebidas alcohólicas en las playas, porque lo considera un problema serio.

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