Esteban Acuña
@estebanbigotes
Si entras a una cabina de internet en Lima, al menos uno de los clientes que veas allí será un niño que estará destruyendo y colocando bloque tras bloque en un mundo infinito parecido al Lego. Se llama Minecraft.
Pero si nunca has escuchado hablar de Minecraft, probablemente tampoco conozcas Wonder Quest. Ahora te explicamos.
El primero se trata de un videojuego lanzado en 2011 pero que parece de los tiempos anteriores al Donkey Kong, y que ha vendido más de 106 millones de copias en todo el mundo. Dado su éxito Microsoft lo compró el año pasado.
El segundo (Wonder Quest), nació a partir del primero (Minecraft). Se trata de una serie educativa producida por Disney, basada en el videojuego, y que puedes ver en YouTube, donde ya acumula 62 millones de visualizaciones.
Con Wonder Quest los creadores ponen a disposición de los niños todo lo que pueden aprender en Minecraft, desde ciencias y matemáticas hasta arte y tecnología, pero de manera entretenida.
La pregunta es: ¿cómo es posible que un juego y su respectiva serie, cuyos personajes son figuras geométricas con cabezas cuadradas y píxeles gigantescos, pueda llamar tanto la atención de los niños?
¿Se puede enseñar algo con esto?
En el siguiente video, Adam Clarke, artista y productor digital de Minecraft —quien hace la voz de Wizard Keene, un personaje de Wonder Quest— parte explicando que la serie narra una historia dentro del mundo de Minecraft donde “los niños aprenden sin darse cuenta de que lo están haciendo”.
“La palabra Minecraft viene de mine, explotar: puedes hacer añicos el mundo y utilizar los pedazos para crear algo nuevo”, explica Clarke. Johan Kruger, cocreador del videojuego desarrolla esta idea:
“Cuando empiezas a jugar te das cuenta de que si talas este árbol sale un trozo de madera, pero no sabes bien qué hacer con él. Cuando lo metes a tu inventario de pronto se convierte en un palo. Entonces, piensas, “oye, si lo junto con esto tengo un hacha, ahora puedo demoler ese bloque”.
Adam Clarke explica la verdadera razón por la que los niños se sienten atraídos por este videojuego:
“Minecraft es uno de los pocos espacios de creatividad ilimitada que tienen. Hay pocos espacios reales donde tengan es posibilidad, e incluso en el colegio quien manda es el profesor. Minecraft es un espacio auténtico en el que pueden construir lo que quieran”.
Y Kruger profundiza la idea anterior:
“Esto va a sonar raro, pero lo que más llama la atención de Minecraft es su naturaleza destructiva. Cómo una cosa cambia y se convierte en otra, y los niños tienen el control, mientras que en su vida real no tienen control sobre nada, no pueden coger y pintar su cuarto, no pueden tirar un tabique porque no les guste”.
Acá te dejamos el video completo.
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