El presidente de Cuba, Raúl Castro, demandó a Estados Unidos levantar las sanciones, entregar el área que ocupa la Base Naval de Guantánamo y otorgar una compensación, como parte del camino a una normalización de las relaciones entre ambas naciones, que actualmente negocian un relanzamiento de sus nexos diplomáticos.
“El establecimiento de las relaciones diplomáticas es el inicio de un proceso hacia la normalización”, explicó el gobernante a sus colegas de la región reunidos en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
“(Esta normalización) no será posible mientras exista el bloqueo, no se devuelva el territorio ilegalmente ocupado por la base ilegal de Guantánamo, no cesen las trasmisiones radiales y televisivas violatorias de las normas internacionales, no haya compensación justa a nuestro pueblo por los daños económicos y humanos que ha sufrido. Si estos problemas no se resuelven, este acercamiento diplomático entre Cuba y los Estados Unidos no tendría sentido”, agregó Raúl Castro.
Estos fueron los primeros comentarios de Castro luego de que la semana pasada se realizaron las primeras conversaciones diplomáticas entre delegaciones de ambos estados cuyas relaciones se rompieron hace cinco décadas y que el propio Castro y su colega Barack Obama decidieron restablecer en diciembre de 2014.
Otra demanda de Raúl Castro tiene que ver con la devolución Base Naval de Guantánamo, una porción de tierra al oriente de la isla a donde Estados Unidos estableció una base en 1903 y que Cuba reclamó por más de medio siglo.
En cuanto al resarcimiento, además de las pérdidas que cada año significan las sanciones a la isla – que le impiden vender sus productos en muchos mercados y la obliga a pagar más por importaciones-, recordó que Cuba presentó un juicio en la década pasada en los tribunales por cientos de millones de dólares por supuestos daños humanos y perjuicios por la política de hostilidad.
Reiteró que Cuba no realizará cambios en su sistema político, tal como lo exigió Estados Unidos, que espera tener un vecino con un modelo más cercano al suyo con economía de mercado y pluripartidismo.
Cuba no reconoce a los disidentes internos como opositores y suele acusarlos de recibir dinero, orientación y entrenamiento por parte de la Oficina de Intereses de EEUU en La Habana con el objetivo de destruir a la revolución.
Raúl Castro aprovechó la ocasión para ratificar el espíritu de respeto mutuo de las conversaciones de la semana pasada entre la delegación estadounidense y la de su país, pero se cuestionó sobre algunos obstáculos que pesan en torno a este primer paso del relanzamiento de las relaciones diplomáticas.
“¿Cómo explicar el restablecimiento de relaciones diplomáticas sin que se retire a Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo internacional? ¿Cuál será en lo adelante la conducta de los diplomáticos estadounidenses en La Habana respecto a la observancia de las normas que establecen las convenciones internacionales?”, se preguntó el mandatario.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.