La conferencia sobre cambio climático (COP20) que se celebró en Lima cerró hoy con un acuerdo de mínimos que finalmente firmaron los 195 países presentes tras prolongar el encuentro unas 30 horas.
La cumbre selló a último momento lo que no pudo lograr durante las dos semanas de debate previo, al verse enfrentada a un inminente fracaso. Las propuestas, cuyo objetivo último es limitar el calentamiento global a un máximo de dos grados Celsius, servirán ahora de base para la conferencia que se celebrará en París a finales de 2015 para aprobar un acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto.
En el texto final aprobado durante la madrugada del domingo en la Vigésima Conferencia de las Partes (COP) de Naciones Unidas sobre Cambio Climático se establecen criterios muy amplios sobre los compromisos nacionales para proteger el medio ambiente.
UN TEXTO DÉBIL
Las organizaciones ecologistas lamentaron la vaguedad de “un texto peligrosamente débil”. El borrador de propuestas para el nuevo pacto sobre el clima se adjunta a la declaración. Los países fijan allí los requisitos para que todos presenten sus compromisos individuales para luchar contra el calentamiento global.
El texto de 37 páginas arroja sin embargo más preguntas que respuestas, porque propone diversas opciones no vinculantes para las delegaciones presentes en Lima y que apenas constituyen una primera base de negociación para París.
Las propuestas para los objetivos de reducción de emisiones son bastante laxas. Se aspiraba a conseguir criterios comparables que permitieran medir los esfuerzos de cada país, pero no se consiguió pues las promesas son voluntarias. Cada nación tiene ahora que presentar sus compromisos de reducción de emisiones hasta el mes de marzo.
El objetivo último era limitar el calentamiento de la Tierra a un máximo de dos grados Celsius. Según los estudios de la ONU, para conseguirlo habría que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 40% y un 70% hasta 2050 y a casi cero hasta finales del siglo.
ORGANIZACIONES LAMENTAN ACUERDO
“El resultado de Lima nos pone en camino a París, pero en lo sustantivo los acuerdos son inquietantemente débiles”, se quejó el experto de la organización humanitaria Oxfam Jan Kowalzig.
Por su parte, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) criticó que los gobiernos fracasaran a la hora de acordar planes claros de reducción de emisiones antes de 2020.
El nuevo acuerdo sobre clima entrará en vigor ese año, pero es necesario hacer algo antes, porque hay récord de emisiones desde hace años, se quejó la organización.
China, junto a Estados Unidos el mayor generador de gases de efecto invernadero, se convirtió en una piedra en el camino porque, pese a su reciente compromiso de reducir los gases, no ha sido preciso en cuanto a cantidades y se ha negado a que observadores internacionales supervisen ese proceso.
La India, también convertida en importante emisor de gases, se ha sumado a la contracorriente, pues no solo se niega a dar aportes económicos para la lucha contra el cambio climático sino que, en su condición de país en desarrollo, la que también reclama China, pide ser beneficiario, según supo dpa de fuentes internas.
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