Aunque el pronosticado fenómeno El Niño del verano del 2016 nunca llegó, entonces se contaban con los recursos para invertir en prevención y mejorar la capacidad de respuesta del Estado. Así lo explicó el ex ministro de Economía Alonso Segura en una entrevista para El Comercio .
La inversión para la reducción de la vulnerabilidad ante desastres naturales alcanzó cifras históricas en el 2015 y el 2016. Incluso se creó un programa específico de intervenciones ante la inminencia de El Niño, cuyo presupuesto sumó S/3,097 millones entre el 2015 y el 2016, de los que se ejecutaron S/2,414 millones.
Paralelo a esta partida, se destinaron otros S/3,000 millones para reservas de contingencia, cuyo fin era financiar la respuesta al fenómeno.
Pero dicho fenómeno natural no se produjo, entonces, el Gobierno, con la aprobación del Congreso, trasladó gran parte de esa reserva a otros gastos, según una investigación de El Comercio .
Destino de los gastos
Los gastos realizados entre el 2015 y el 2016 fueron tanto para prevención como para mejora en la capacidad de reacción ante El Niño.
Así, se invirtieron más de S/200 millones en alrededor de 300 proyectos de construcción y reforzamiento de defensas ribereñas, diques y taludes y encauzamientos.
Otra parte del presupuesto se destinó a la descolmatación de ríos e instalación de geomallas en 32 cuencas de ocho regiones, de acuerdo con información del Programa Subsectorial de Irrigaciones del Minagri.
Y en otros casos, la fuerza de la naturaleza desbordó las obras de prevención. Al respecto, el ex ministro Alonso Segura destaca la adquisición de helicópteros, aviones y buques de carga, puentes Bailey, motobombas y hospitales de campaña que ahora son utilizados por el Gobierno. También la instalación de pluviómetros en 108 quebradas, los que disparan alertas al COEN para evacuar a la población.
Limitada capacidad de ejecución de las autoridades locales
A pesar de que el gasto fue importante, la llegada de El Niño costero ha revelado las deficiencias y la limitada capacidad de ejecución de las autoridades subnacionales, por ello, el anterior gobierno decidió centralizar el 80% del presupuesto para las intervenciones de El Niño, aunque ello no siempre fue una solución.
En el 2016, por ejemplo, el sector Salud dejó sin ejecutar todo su presupuesto para estas intervenciones, de S/130 millones. Y en la porción que correspondió a gobiernos regionales y municipalidades se hallan también casos de mínima ejecución.
Otro problema es la yuxtaposición de funciones que impiden articular eficientemente las labores de gestión ante los desastres.
Eduardo González, actual jefe del gabinete de asesores del Ministerio de Vivienda, informó que de los 608 municipios declarados en emergencia, solo 85% cuenta con un plan de desarrollo urbano.
Al no tenerse debidamente ubicadas las zonas restringidas por riesgo ante un desastre natural, no existe una hoja de ruta que impida que personas vuelvan a construir sus hogares en zonas peligrosas o que permita planificar mejor las obras y actividades de prevención en caso de otro Niño.
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