Fritz Du Bois,La opinión del director
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Hace 11 años, a pocos días del cambio de mando –y siendo viceministro de Justicia–, él, sin duda, revisó o procesó las resoluciones que su sector envió al presidente del gobierno de transición para indultar “por razones humanitarias” a cinco inculpados. Hoy en día, como presidente del Consejo de Ministros, tendrá en algún momento que tratar el indulto a Fujimori y decidir si le otorgarán el mismo tratamiento que él dispensó, en esos casos, al exmandatario.
Incluso en ese entonces consideraron, aunque no lo crea, que era perfectamente válido el liberar prisioneros –enjuiciados por haber estado vinculados al terrorismo– debido a que sufrían de gastritis, descenso vaginal, diabetes o hipertensión. Males que no son muy graves y, con los cuales, un trabajador difícilmente podría lograr un certificado médico para justificar su ausencia a su centro de trabajo. Menos aún deberían de ser la justificación para que condenados sean indultados.
En todo caso, estamos seguros de que se intentará realizar una pirueta conceptual u ofrecerán alguna explicación ‘racional’ para tratar de diferenciar lo que se hizo en esa ocasión frente a la actual situación. De cualquier manera, sin duda, esta información agregará aún más picante al candente debate sobre el indulto que el expresidente está solicitando.
Sin embargo, esto último nos deja con sentimientos encontrados porque, si bien estamos cumpliendo con nuestra función de informar, también estamos viendo, con cierta preocupación, la manera obsesiva como algunos están tratando el asunto a diario. Con lo cual da la impresión de que estarían intentando polarizar de nuevo a la población, tal como ocurrió durante la campaña del 2011.
En realidad, el tema del indulto puede ser perfectamente discutido con objetividad sin necesidad de tanto sobresalto.
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