MARSELLA.– Entre 300 y 400 mujeres víctimas de las prótesis mamarias PIP se encontraron cara a cara con cinco directivos de dicha empresa francesa en el inicio del juicio por presuntos daños a la salud.
Cuando Claude Vieillard, jueza que preside el tribunal, pidió a los cinco inculpados que indicaran su identidad, la reacción de la sala fue inmediata. Se oyeron insultos y abucheos, sobre todo cuando el propietario de la empresa Jean-Claude Mas, dio cuenta de una jubilación de “1,800 euros” como único ingreso.
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