Carlos Carlín,Habla.Babas
ccarlin@peru21.com
Las huellas digitales son la prueba irrefutable de que todas las personas nacemos diferentes. No existe en el mundo una persona exactamente igual a la otra. Sin embargo, apenas caemos de culo en la sociedad, empieza una larga y aburrida carrera por terminar transformándonos a todos en la misma cosa. Para los bebés, celeste; para las bebés, rosado. Si les pones un ropón marrón es raro. Carro para él y muñeca para ella, Los niños fútbol y las niñas voley. Uniforme gris para todos. Cipriani y su intolerancia. Según él y su pandilla: si no es hombre y mujer, es raro. ¿No le han dicho que es raro también el hombre célibe (sin sexo, como él)? La cirugía borrando huellas del pasado y fabricando más y más mujeres con la misma cara. Androides. Los condominios de playa. Todos iguales. La misma gente, las mismas camionetas, los mismos uniformes para las nanas. La moda, si no la cumples estás fuera. Enamorado/novio/la pedida/civil/religioso/ella de blanco/brindis/fiesta/comida/baile/plata plata plata/divorcio. Más plata. Si eres soltero, es raro. Si eres padre soltero, más raro. Hombres pelo corto, mujeres pelo largo. ¿No tienes Facebook?, entonces eres raro. Un hombre con pantalón rojo es raro y debe ser juzgado. Un señor que se llamó Karl Jung dijo: “nacemos originales y morimos copias”. La sociedad tiene la culpa, porque la sociedad es contra natura.
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