Fritz Du Bois,La opinión del director
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Así tenemos que ya no es solo la falta de proyectos de inversión o la inacción generalizada de la administración que hace que no estemos progresando. Ahora el problema es mayor, ya que estamos retrocediendo y perdiendo lo que se había avanzado.
En realidad, es alarmante presenciar cómo retornan al centro los ambulantes que fueron desalojados a sangre y fuego por Andrade hace 20 años. Más aun, Castañeda consolidó esa limpieza y durante todo ese tiempo los limeños hemos disfrutado de un casco histórico ordenado. Ahora ese orden se está extraviando, no sabemos si por negligencia o por congraciarse con grupos marginales dentro de alguna estrategia de la alcaldesa. Esto último es probable dado que –increíblemente ante su nivel de desaprobación– ella está considerando postular a la reelección.
En cualquier caso, cual fuere el motivo que lo está causando, es verdaderamente deprimente ver cómo la calidad de vida en la capital se está deteriorando.
Lo cual nos lleva a preguntarnos cuál habrá sido el real motivo para que partidos como el PPC la hubieran apoyado. En la actualidad el programa de gobierno del Concejo Municipal no parece en lo absoluto que esté siendo coordinado. Incluso la oposición, pese a tener mayoría, no parece contar con una mínima agenda de trabajo.
Todo ello a pesar de que el rechazo a la revocatoria tenía como finalidad lograr un gobierno municipal de ancha base, que fuera más eficiente y sirviera de algo al ciudadano. Sin embargo, en la práctica lo que tenemos hoy es exactamente lo contrario. La Municipalidad de Lima está a la deriva y ya no es solo la alcaldesa sino también los regidores de oposición, quienes parecen que se han permanentemente ausentado.
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