Los hombres del Madison Avenue

Fritz Du Bois,La opinión del director
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Mientras que en política, cuando los publicistas se hacen cargo de una campaña electoral, promueven a los candidatos como si estuvieran vendiendo jabones o carros. Es claro que lo que buscan es colocar el producto, no el lograr convencer de un planteamiento al electorado.

Esto último está ocurriendo en la campaña para evitar la revocatoria de la alcaldesa de Lima. Con bastante creatividad, el señor Favre la ha diseñado vinculando el intento por revocarla a todos los temores que podríamos tener los ciudadanos.

Más aún, uno se pregunta cuando ve los costosos paneles a favor del No: ¿Qué tienen que ver el miedo, la falta de oportunidades o la exclusión con la administración municipal de Villarán? Siguiendo esa línea, mañana aparecerán paneles que dirán No a la pobreza o No a la enfermedad. Sin duda, el esquema es imaginativo, aunque también es engañoso y poco válido. Habrá que ver qué dirá el Jurado.

Por su parte, los promotores del Sí lo único que tienen hasta el momento es el ‘Revocamóvil’, que es una combi. Con lo cual parece que vamos a una repetición de la campaña presidencial del 90, en la cual el Fredemo gastó 50 veces más que Fujimori quien, sin embargo, terminó ganando. Veremos si, en esta ocasión, la masiva publicidad política da resultados.

Por otro lado, es preocupante la falta de transparencia sobre el origen de los considerables recursos que se están gastando. La preocupación es aún mayor al considerar los millonarios contratos que la comuna ha otorgado a empresas brasileras vinculadas al publicista que está dirigiendo la campaña a favor de Villarán. Para despejar cualquier sospecha, los entes electorales deberían cumplir mejor con su trabajo.