Ricardo V. Lago,Uso de la palabra
Economista
Los datos no sustentan la afirmación frecuente de que se ha avanzado poco en eficiencia microeconómica. Según los cálculos del BCR, más de un tercio del crecimiento del Perú desde 1990 se ha debido a mejoras en la productividad1. Es más, según un estudio reciente del Banco Mundial-IFC – las empresas del Perú exhiben, de forma agregada, la productividad total de los factores más elevada en una muestra de 44 países en desarrollo2.
La productividad agregada es un promedio ponderado en que la productividad de la empresa grande influye mucho más en el promedio que la de una pequeña. Paradójicamente, sin embargo, si se comparan los promedios simples, entonces la productividad promedio de las empresas del Perú pasa a la cola de la clasificación.
De lo que se infiere que la productividad de las grandes empresas peruanas es extraordinariamente alta, mientras que la productividad de las Pymes es penosamente baja. Es decir, el problema parece ser la dualidad productiva.
Este hallazgo es valiosísimo, pues identifica una línea de acción para encarar la poco favorable coyuntura internacional y además abundar en agenda de inclusión social. La pregunta clave es: ¿En qué medida se pueden trasplantar a las Pymes algunas formas de hacer negocio de las grandes empresas? Técnicas como la gestión de suministros e inventarios, uso de códigos de barras, y producción en cadena parecen de viable adopción.
Un programa ambicioso de asistencia técnica a las Pymes en esta dirección otorgaría a decenas de miles de pequeñas empresas la posibilidad de integrarse mejor en las “cadenas de suministro” internacionales y locales, y constituiría un plan eficaz para aumentar la productividad. Estos temas se tratarán el 6 y 7 de noviembre en la Expogestión 2013 que convoca GS1 Perú.
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