Fritz Du Bois,La opinión del director
Es evidente que para el consumidor peruano la crisis internacional es un asunto que está demasiado lejano y no lo tiene preocupado. Es por ello que en los últimos 5 años, en medio de la quiebra de Lehman y la recesión europea, el gasto en los centros comerciales del país se ha triplicado.
Más aun, debemos de ser uno de los pocos países del mundo que estamos disfrutando de un boom del consumo, el que a su vez está alimentando un flujo de inversión inusitado en la construcción de nuevos malls en diversas regiones. Por primera vez en nuestra historia, el aumento del bienestar no está concentrado solo en la capital y en un par de ciudades más, sino que es generalizado.
En realidad, estamos presenciando la más dinámica movilización social que se haya dado, los niveles de ingresos se han disparado en todos los estratos gracias a que el porcentaje de peruanos que tienen un empleo adecuado en la última década prácticamente se ha doblado. Esto a pesar de la CGTP y de los abogados laboralistas que mantienen una rígida legislación laboral. Se imaginan lo que sería si además del crecimiento tuviéramos leyes laborales que sean normales; ya estaríamos camino a lograr empleo pleno.
En todo caso, la prioridad para este gobierno debe de ser el mantener el impulso de la inversión y del crecimiento que está generando esta ola de inclusión social, que no es temporal ni artificial sino que está basada en crecientes niveles de trabajo adecuadamente remunerado.
Por ello, es fundamental no caer en la complacencia de pensar que ya no es necesario hacer algo por el lado del Estado, cuando la principal traba a la iniciativa privada está en la burocracia en todos los niveles de gobierno, especialmente el municipal, el cual se está convirtiendo en una guarida de extorsionadores sin que los organismos encargados de fiscalizarlos estén realizando un buen trabajo.
Por otro lado, el principal riesgo de descarrilamiento que enfrentamos no es externo sino local y está centrado en la incapacidad que está demostrando este gobierno en enfrentar cualquier conflicto social. En realidad, los que votaron por Humala lo hicieron pensando que él era la mejor alternativa para mejorar la inseguridad y para enfrentar conflictos regionales. Luego de un año a cargo, uno tiene la impresión de que cualquier otro candidato, con la probable excepción de Toledo, hubieran hecho un mejor trabajo en esas dos áreas, por lo que más de uno se debe de sentir estafado.
En todo caso, con el crecimiento de los últimos años la sociedad peruana se está transformando y es una obligación del gobierno sostenerlo, para lo cual deben dejar de sentirse intimidados por Movadef, Patria Roja y Santos.
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