Juan Carlos Eguren,Opina.21
Columnnista invitado
Con la mordacidad que lo caracteriza, pero con deficiente método de análisis histórico, Aldo Mariátegui ha arremetido contra la trayectoria política de don Luis Bedoya Reyes, fundador y líder histórico del Partido Popular Cristiano, uno de los políticos peruanos más destacados en el último medio siglo de la historia nacional.
El articulista afirma, con falta de contextualización histórica, hechos que no se condicen con la verdad. Se afirma, con ligereza, que Bedoya no se enfrentó a Velasco, sin embargo, en la ceremonia de inauguración del monumento a Castilla, Bedoya fustigó duramente la traición de Velasco a la democracia, destacando la actitud de Castilla, quien llegó al poder por el voto popular y no con las armas. A este gesto inicial siguieron más de medio centenar de comunicados públicos, condenando el golpe de Estado y las políticas públicas perniciosas implementadas por el “septenato”. Estos han sido recogidos en el libro Conciencia y palabra del PPC.
De otro lado, el año 1980, el segundo gobierno de Fernando Belaunde se advertía frágil y cercado por una feroz oposición izquierdista y aprista. En ese “escenario político”, Belaunde invitó al APRA y el PPC a concertar democráticamente para consolidar el estado de derecho y la democracia. El PPC, sin existir alianza electoral aceptó la invitación incondicionalmente.
Sobre los resultados electorales, creemos que si el “contexto histórico” fuese el actual, es altamente probable que Bedoya resultaría electo, pero en los 80 el discurso izquierdista y populachero seducía a los electores. Bedoya nunca creyó que el debate electoral era una competencia de poses, exhibición de miserias o éxitos individuales, sino de ofertas viables de gobierno.
Se dice que el último resultado electoral del PPC es magro, que como oposición se hubiese logrado uno mejor, pero ya sabemos que fingir oposición para luego ser gobiernistas es el mejor caldo de cultivo para que surjan los enemigos de la democracia. Finalmente, afirma, que haber perdido a militantes y dirigentes pepecistas, obedece a falta de sagacidad, y no fue así, las motivaciones fueron distintas.
Por ello, recomendamos al articulista seleccionar mejor sus fuentes o simplemente buscar fuentes más confiables.
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