Fritz Du Bois,La opinión del director
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Más aún, si todos los románticos en Lima siguieran su ejemplo terminaríamos con una ciudad que inicialmente parecería Disneylandia, aunque sin duda alguna luego de poco tiempo se convertiría en un desierto urbano debido a que la mayoría de esos árboles serían derribados.
Incluso, lo más dramático del caso es que el culpable de ese ‘arbolicidio’ es el alcalde, quien debería de estar más bien cuidándolos. Parece que olvidó cuál es su trabajo. Pero ahí no acaba el escándalo, ya que para llevar a cabo su ‘obra’ utilizó recursos públicos que no le pertenecen a él sino a los ciudadanos.
Así que ahora tenemos la extraña situación del tórrido romance que han desarrollado en los corredores municipales el burgomaestre y la agraciada concejal de oposición. Lo cual no tendría nada de malo si se hubiera mantenido en el ámbito privado. Lamentablemente se ha desbordado tanto a las calles y jardines de Surco, como al presupuesto que los contribuyentes de ese distrito limeño han financiado.
Por lo otro lado, uno se pregunta si el amor hace que el alcalde pierda el sentido de la proporción y cometa no solo una garrafal equivocación sino que encima caiga en malversación. ¿Qué efecto estará teniendo en él, el resto de sus sentimientos como la ambición, por ejemplo?
Al final de cuentas, lo que ha hecho es una muestra de inestabilidad y de no respetar el dinero de los demás. En todo caso, no queda suficiente tiempo en su mandato para ser revocado, por lo que los vecinos tendrán que esperar un año para que pueda ser despedido por el electorado.
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