Los policías implicados en la brutal golpiza y tortura que condujo a la muerte al vigilante Gerson Falla —en abril de 2011— tienen una nueva estrategia de defensa con la que intentan librarse de la cárcel: acusar del crimen a un grupo de serenos de San Borja.
Los policías implicados en la brutal golpiza y tortura que condujo a la muerte al vigilante Gerson Falla –en abril de 2011– tienen una nueva estrategia de defensa con la que intentan librarse de la cárcel: acusar del crimen a un grupo de serenos de San Borja.
El Ministerio Público solicitó 20 años de pena privativa de la libertad contra tres de los agentes de las Águilas Negras implicados en la muerte de Wilhem Calero, ocurrida en julio del 2010.