Roberto Lerner,Espacio de crianza http://espaciodecrianza.educared.pe
Es duro aceptar que los hijos crecen. El drama llega a tal punto que resulta común que muchos padres no sepan cuándo ni cómo poner límites a la privacidad.
Es duro aceptar que los hijos crecen. El drama llega a tal punto que resulta común que muchos padres no sepan cuándo ni cómo poner límites a la privacidad. El problema es especialmente crítico en la adolescencia. Los chicos atraviesan una etapa de descubrimiento que poco a poco va configurando su nuevo mundo privado. Aparecen gustos, intereses y hasta “paltas” existenciales, los cuales permanecen ocultos ante los ojos de los padres. Es lo normal.
Lucía de Althaus,Opina.21 Una pareja de padres consulta porque la relación con sus tres hijos se está volviendo cada vez más complicada, distante y violenta. La madre se nota muy afectada, relatándome cada detalle de las peleas y desencuentros con sus hijos, mientras el padre transmite distancia con el problema. Luego de escuchar por casi una hora, nos damos cuenta de que es justamente debido a esas miradas indiferentes del padre –que también ocurren en las peleas en casa– que la madre está quedando como la mala de la película, poniéndola así en la posición perfecta para ser la culpable de TODO para sus hijos.