“No siempre puedes tener lo que quieres”, dice una antigua canción de los Rolling Stones. También es una frase que los padres de hoy repiten a sus hijos cuando se enfrentan a un reto y las cosas no salen como ellos quieren. ¿Cómo explicar a los niños que la derrota es parte de la vida?
“No siempre puedes tener lo que quieres”, dice una antigua canción de los Rolling Stones. También es una frase que los padres de hoy repiten a sus hijos cuando se enfrentan a un reto y las cosas no salen como ellos quieren. ¿Cómo explicar a los niños que la derrota es parte de la vida?
La adolescencia es una etapa difícil. No solo para los hijos que la viven en carne propia, sino también para los padres. En tal sentido, un escenario que puede resultar crítico para muchos padres es cuando los chicos se enamoran.
La adolescencia es una etapa difícil. No solo para los hijos que la viven en carne propia, sino también para los padres. En tal sentido, un escenario que puede resultar crítico para muchos padres es cuando los chicos se enamoran. “Cuando los adolescentes se enamoran, se enamoran. Es muy intenso para ellos. Los padres deben entender eso para que, en vez de actuar como jueces o críticos, escuchen a sus hijos y los apoyen”, afirma Rachael Silberman, psicóloga de la clínica Javier Prado. “Para empezar, los papás no deben olvidarse de que ellos también fueron adolescentes. Eso ayuda a tender puentes para el diálogo”, dice la especialista.
Las madres modernas son distintas a las de hace 20, 30 o 50 años. Sin duda alguna. “Lo normal era que las mamás del siglo pasado se dedicaran exclusivamente al hogar y a los hijos. Sin embargo, las mamás de hoy tienen otros desafíos”, sostiene la psicóloga Rachael Silberman.
Las madres modernas son distintas a las de hace 20, 30 o 50 años. Sin duda alguna. “Lo normal era que las mamás del siglo pasado se dedicaran exclusivamente al hogar y a los hijos. Sin embargo, las mamás de hoy tienen otros desafíos”, sostiene la psicóloga Rachael Silberman. En tal sentido, uno de los retos más importantes es, precisamente, la falta de tiempo. Esto se debe, principalmente, a que la mayoría de mamás trabaja. Es por ello que todas se están preocupando en cómo equilibrar la vida profesional y la crianza de los hijos. Salir adelante implica cuidar ambos terrenos.
“¡Mi hijo me manipula!”, es la queja de muchos padres. Para empezar, habría qué definir qué significa esto exactamente. “Es cuando el niño aprende estrategias equivocadas para conseguir cosas”, señala Rachael Silberman, psicóloga de la clínica Javier Prado.
“¡Mi hijo me manipula!”, es la queja de muchos padres. Para empezar, habría qué definir qué significa esto exactamente. “Es cuando el niño aprende estrategias equivocadas para conseguir cosas”, señala Rachael Silberman, psicóloga de la clínica Javier Prado. “Los niños aprenden a manipular. Por ejemplo, si cuando quiere un juguete se tira al piso y papá se lo compra, aprende que así podrá obtener lo que busca”, agrega. El problema, según la especialista, es que esto se convierta en un hábito. De hecho, considera que basta con que ocurra una vez para que el niño tenga la confianza suficiente para intentarlo otra vez. “Si un día lloró para que le compren un caramelo y, en efecto, se lo compraron para evitar pasar ‘roches’ en la calle, es seguro que ese niño volverá a manipular a sus padres”, explica Silberman.
Muchos padres se preguntan cómo manejar el tema del dinero con los hijos. Es decir, ¿está bien asignarles un monto determinado cada semana o mes? Según Rachael Silberman, psicóloga de la clínica Javier Prado, lo más adecuado es que los niños reciban una propina periódica, acorde con sus necesidades, y que sean ellos quienes aprendan a administrar su dinero.
Muchos padres se preguntan cómo manejar el tema del dinero con los hijos. Es decir, ¿está bien asignarles un monto determinado cada semana o mes? Según Rachael Silberman, psicóloga de la clínica Javier Prado, lo más adecuado es que los niños reciban una propina periódica, acorde con sus necesidades, y que sean ellos quienes aprendan a administrar su dinero. “Lo que importa es fomentar el sentido de responsabilidad cuando tienen plata en las manos. El dinero, más que un medio para obtener cosas, es una herramienta de aprendizaje”, señala Silberman.
Navidad y Año Nuevo son, en teoría, celebraciones para poner contentos a todos. Sin embargo, resulta frecuente que muchas personas experimenten un cuadro depresivo durante estos días.
Navidad y Año Nuevo son, en teoría, celebraciones para poner contentos a todos. Sin embargo, resulta frecuente que muchas personas experimenten un cuadro depresivo durante estos días. “Es normal que las personas se evalúen a sí mismas a fin de año. El hecho de no haber alcanzado determinadas metas y sentir un balance negativo hace que no disfruten estas festividades”, afirma Rachael Silberman, psicóloga de la clínica Javier Prado. Es decir, estamos ante una paradoja: mientras la mayoría de personas tienen motivos para ser felices, hay quienes tienen razones para no serlo. “Muchos se preguntan ‘¿por qué debería estar festejando?’”, agrega la especialista.
“Los educadores son los primeros que se dan cuenta si un niño tiene dificultades para leer, escribir, hablar, hacer cálculos matemáticos y otras tareas vinculadas al aprendizaje”, afirma Rachael Silberman, psicóloga de la Clínica Javier Prado.