Policías

Valientes, guerreras y apasionadas. Tres grandes virtudes que toda madre policía debe tener para sobreponerse ante los embates de la vida o, mejor dicho, de la calle. Nacieron para imponer respeto, para ayudar al prójimo, pero sobre todo para dar amor. Su tiempo lo reparten entre quienes más las necesitan. Son madres, amigas y confidentes. Su nobleza radica en cumplir con el mismo esmero, tanto las labores cotidianas del hogar, como las de su sacrificado trabajo. Antes de salir de casa, un beso, un abrazo y una bendición a sus familiares, es para ellas una costumbre santa, pues son conscientes que podrían ser las últimas 24 horas de su vida.

Mientras varias ciudades y bancos en Bolivia se quedaron sin vigilancia, el gobierno de este país se reunió con el sindicato de policías de bajo rango para discutir sobre las demandas salariales de los uniformados.