“Mi hijo tiene siete años y es muy agresivo. En el colegio tiene problemas por su conducta, no sé qué hacer”, cuenta Elizabeth (39). “Su papá y yo nos sentimos responsables porque nos divorciamos hace un año. Peleábamos mucho en frente de mi hijo. Terminar el matrimonio nos pareció lo más sano, pero ahora nuestro pequeño no es el mismo de antes”, agrega.