Mientras el fortalecimiento de la derecha extrema en Europa llama nuestra atención, muy cerca de nuestras fronteras, la derecha criolla afina engendros productos de la nostalgia reaccionaria y las falencias de los gobernantes de turno. Augusto Pinochet Molina –nieto del dictador chileno– está a punto de inscribir el movimiento Por Mi Patria como un partido formal y, como tal, participar en la política electoral sureña.