Anders Breivik pidió perdón a los “militantes nacionalistas” por no haber matado a más personas durante los ataques de julio de 2011 en Noruega, según sus primeras declaraciones tras la sentencia de 21 años de prisión prorrogables dictada en su contra hoy.
El almuerzo del jueves fue con trago amargo para las principales figuras del oficialismo. La sesión plenaria había sido suspendida y cada uno de los nacionalistas era consciente de que no contaban con los votos para darle fuerza de ley a la propuesta del Ejecutivo de crear el servicio policial voluntario.