Nuevos hechos de sangre demuestran que la inseguridad en la capital va en aumento. Un suboficial de la División de Prevención de Robo de Vehículos (Diprove) y un taxista fueron las últimas víctimas: el primero quedó grave tras ser atacado a balazos por unos delincuentes, mientras que el segundo fue asesinado de ocho tiros.