Jack Martínez (La Oroya, 1983) llegó por primera vez a Lima a los 11 años. Lo hizo junto a su madre, quien cuidaría de él mientras su padre continuaría en La Oroya, laborando en Centromin, la empresa estatal de minería que hacía a la ciudad girar. Bajó del bus con unas canicas de acero en el bolsillo, pero también con unas maletas repletas de recuerdos: las historias de su abuelo, un oroíno que fue testigo de cómo los ríos de su ciudad cambiaron el azul por el marrón cobre. Todos esos relatos escuchados con atención han servido para disparar una historia mayor. ‘Sustitución’ (Emecé Cruz del Sur, 2017) es la excusa para hablar de La Oroya, de su abuelo y de los problemas humanos de un joven que busca saber reflexionar sobre la identidad y las ausencias.