El joven Herbert Rodríguez (Lima, 1959) era consciente de que como artista existía la posibilidad de morirse de hambre. “Si voy a morir de hambre, moriré peleándola”, aseveró. Bajo esa premisa y pensando en el esfuerzo de sus padres para darle educación superior, se fue forjando, como el metal en medio del fuego. Era el único en su familia que había optado por el arte. Empezaba su carrera a contracorriente. Además, como él nos dice, en medio de la frivolidad del arte, el desprecio por la cultura y cargado de un rollo político. Así nació el artista Herbert Rodríguez, quien desde entonces, se declaró en rebeldía permanente. Son casi 40 años de trayectoria y hoy, el no tan joven Rodríguez reúne cerca de 200 piezas de arte en la muestra Nadie sale vivo de aquí. Herbert Rodríguez: Cuatro décadas de insolencia visual 1979-2016. “Me funcionó la idea de ser recontra chamba”, subraya.