Mijail Palacios Yábar
@mijailpy
El joven Herbert Rodríguez (Lima, 1959) era consciente de que como artista existía la posibilidad de morirse de hambre. “Si voy a morir de hambre, moriré peleándola”, aseveró. Bajo esa premisa y pensando en el esfuerzo de sus padres para darle educación superior, se fue forjando, como el metal en medio del fuego. Era el único en su familia que había optado por el arte. Empezaba su carrera a contracorriente. Además, como él nos dice, en medio de la frivolidad del arte, el desprecio por la cultura y cargado de un rollo político. Así nació el artista Herbert Rodríguez, quien desde entonces, se declaró en rebeldía permanente. Son casi 40 años de trayectoria y hoy, el no tan joven Rodríguez reúne cerca de 200 piezas de arte en la muestra Nadie sale vivo de aquí. Herbert Rodríguez: Cuatro décadas de insolencia visual 1979-2016. “Me funcionó la idea de ser recontra chamba”, subraya.
La exposición se divide en siete ejes temáticos: ‘experimentalismo’; ‘derechos humanos’, que abarca la violencia política; ‘viva la revolución’, que reúne objetos de protesta para la calle; ‘feria de prestigios’, que cuestiona la institucionalidad artística; ‘medios de dominación’, el consumo crítico de imágenes y mensajes; ‘sexo’, donde critica, entre otros temas, la cosificación de la mujer; y ‘decir la verdad es una performance’.
Fondo y forma
La obra de Rodríguez se inicia en un año fundacional para el arte peruano contemporáneo. Su marca registrada son la experimentación, la confrontación, la desacralización, el humor, el lenguaje feroz y crítico. Todo en torno a la violencia política, la noción de cultura, los medios de comunicación, la corrupción, el racismo, el cambio climático, la institución del arte, la cultura juvenil, la diversidad sexual, lo antitaurino y más.
Sus herramientas estéticas han sido documentos de época, collage, yuxtaponer fotografías con titulares de la prensa, elementos reciclados, la fotocopia, banderolas, pinturas-objeto, ensamblajes, manifiestos. Infinidad de formas y experimentos que nos gritan la realidad.
Hemos fracasado
Le preguntamos a Rodríguez por qué esa vena crítica. “A veces siento una especie de disociación: detesto al peruano. Es ocioso, negligente, irresponsable, que se victimiza, cobarde, oportunista, cínico, y pienso en cualquier clase social. Aunque es más grave viniendo de una clase social alta, que tiene todas las posibilidades de recibir una buena educación, pero no, es coimero y frívolo”, responde, hace una pausa y agrega: “Pero la disociación tiene que ver con que sí soy peruano, me he quedado acá para lucharla, soy tremendamente localista. Me como el pleito. Hay una responsabilidad muy centrada en que la situación debe mejorar”.
Rodríguez nos dice que nuestro presente es una señal de que hemos fracasado como sociedad. Por eso no pinta para decorar. Y el arte es su canal para expresarse políticamente. Esta muestra es como un espejo, para mirarnos como sociedad y confrontarnos. Si usted, estimado lector, busca más allá de la belleza en el arte, Nadie sale vivo de aquí lo espera.
Datos
- Rodríguez ha presentado más de 30 exposiciones individuales, cuatro en Inglaterra y Alemania. Representó al Perú en la XVII Bienal de Sao Paulo (1983) y la I Bienal de La Habana (1984).
- Fue miembro del histórico grupo Huayco EPS (1979-1981) y de proyectos colectivos como Conexiones (1980) y Bestiarios (1984-1987). También dirigió el emblemático Centro Cultural El Averno.
Tenga en cuenta
- La muestra va del 21 de febrero al 26 de marzo, en la galería Juan Pardo Heeren del Icpna del Centro de Lima (Jr. Cusco 446).
- Visítela de martes a domingo, de 11 a.m. a 8 p.m. Ingreso libre. Curaduría por Issela Ccoyllo.
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