PARÍS.– “Es un milagro”. Poco pudo decir Toni Nadal antes de quebrarse y alejarse con el rostro cubierto de lágrimas mientras, en la cancha, su sobrino profería el grito que atravesó los Campos Elíseos y llegó a la mismísima Torre Eiffel. Rafael Nadal acababa de derrotar a Novak Djokovic 6-4, 3-6, 6-1, 6-7 (3-7) y 9-7 y, aunque parezca increíble, Roland Garros continúa. Porque falta la final.
Heroico. Intenso. Irreductibe. Así fue la victoria del Rafael Nadal sobre el Novak Djokovic por 6-4, 3-6, 6-1, 6-7(3) y 9-7, con lo que se clasificó para la final de Roland Garros, donde buscará su octavo título en la tierra batida de París.