Eddie Hall ‘La Bestia’ se paró frente a una barra con 500 kilos de peso muerto, se agachó, la sujetó con ambas manos y levantó la media tonelada por 10 segundos —la mirada perdida, la cabeza roja como un tomate, las piernas tambaleando— convirtiéndose así en el ‘hombre más fuerte del mundo’.