Por Mariella Sausa (msausa@peru21.com) Martha tiene 42 años y desde que se casó, a los 32, ya no trabaja. Su esposo, Marcos, es muy celoso y la llama a toda hora para saber dónde está y qué hace. La controla a tal punto que le ha comprado un smartphone para que se tome fotos y se las envíe para saber dónde está en cada momento. Martha no tiene amigos y se reúne con su familia una vez a la semana, por supuesto, fuera de casa.