LONDRES.- Memorable. Casi no hay adjetivos para describir el partido que jugaron ayer el serbio Novak Djokovic y el argentino Juan Martín del Potro. Fue la semifinal más larga de la historia en Wimbledon, y el helvético la ganó (como lo pudo haber hecho el sudamericano) por 7-5, 4-6, 7-6 (2), 6-7 (6) y 6-3 en 4 horas y 43 minutos.