Desde hoteles –y restaurantes– cinco estrellas hasta lavaderos informales de autos que operan en la vía pública cuentan con conexiones clandestinas en Lima y Callao. Así lo ha detectado Sedapal, que solo en el mes de enero ha hallado 311 puntos ilegales por el que estos negocios obtienen agua, la que no es facturada.
Dos personas fueron sentenciadas a 3 y 4 años de prisión efectiva por haber robado agua potable en reiteradas ocasiones, mientras que otras 20 recibieron condenas de 2 a 4 años de cárcel suspendida por el mismo delito.