Rodolfo Hinostroza,Uso de la palabra Yo lo reconocí al toque, porque lo había visto en la Universidad de Ingeniería en el año 67, cuando vino a dar una charla junto a Vargas Llosa, y fue presentado por él al público limeño. En esa época –y creo que siempre fue así– parecía un bolerista tropical, con su saco a cuadros y sus grandes mostachos que recordaban a Bienvenido Granda, y no un brillante escritor, como Mario, que era más convencionalmente elegante en el vestir. Pero, cuando comenzó a hablar, a todos nos cayó instantáneamente bien, por su naturalidad, calidez y desenfado, y estas mismas cualidades se expresaron espontáneamente cuando me miró en aquel vestíbulo, y me di cuenta de que él también me había reconocido, porque yo acababa de ganarme el premio Maldoror de poesía, de Barral Editores, que la prensa había profusamente difundido. De pronto se paró, se acercó hacia mí, y yo me incorporé a mi vez, y le dije: “Tú eres García Márquez”; y él me dijo: “Y tú el poeta Hinostroza”, y nos dimos un cálido abrazo que fue el principio de nuestra amistad.