La lluvia de meteoritos en los montes Urales hizo recordar a otro accidente ocurrido en Rusia en junio de 1908. Sobre las proximidades del río Pod-kamennaya, en Tunguska, el impacto de un cuerpo espacial descargó una energía mil veces mayor que la de la bomba de Hiroshima, según el registro de numerosas estaciones sismográficas.