“Yo soy un delincuente que ha estado preso por secuestro. Si no me dejas trabajar, ¿de qué vivo? ¿Qué quieres? ¿Que te secuestre?”. Un ambulante amenaza –entre aplausos– a Diógenes Alva, uno de los más longevos dirigentes del ‘emporio comercial’ que tanto hace inflar el pecho a los marketeros del fútil ‘emprendedurismo’.