En los últimos años, el aspecto lúdico del sexo ha provocado el despegue de una industria poderosa. Una persona común y corriente puede toparse, sin querer, con sagas literarias eróticas, anuncios de juguetes sexuales estrambóticos o talleres para mejorar la vida íntima. Incluso, es normal ver a sexólogos hablando de penes en los noticieros matutinos (un saludo para el doctor Máximo Lazo), famosos contando cuáles son sus fantasías (como Hugh Jackman hace unos meses) o series televisivas dedicadas a la sexología (Masters of Sex, vía HBO).
En los últimos años, el aspecto lúdico del sexo ha provocado el despegue de una industria poderosa. Una persona común y corriente puede toparse, sin querer, con sagas literarias eróticas, anuncios de juguetes sexuales estrambóticos o talleres para mejorar la vida íntima. Incluso, es normal ver a sexólogos hablando de penes en los noticieros matutinos (un saludo para el doctor Máximo Lazo), famosos contando cuáles son sus fantasías (como Hugh Jackman hace unos meses) o series televisivas dedicadas a la sexología (Masters of Sex, vía HBO).