El Perú cuenta con la mayor disponibilidad de agua dulce renovable per cápita en América Latina, pero la distribución es tan desigual que nuestro país sigue teniendo uno de los indicadores más bajos de acceso al agua potable en la región. Alrededor de nueve millones de personas (casi dos millones en Lima) no tienen acceso a servicios de agua potable en su vivienda, y los que sí lo tienen disponen con frecuencia de un suministro por horas y constantemente interrumpido. Por otra parte, la concentración urbana en la costa genera una demanda mayor de recursos hídricos en las zonas donde las posibilidades de abastecimiento son menores.