Santiago Pedraglio,Opina.21 El negocio de las AFP es exageradamente redondo; y no desde ahora, sino desde su instalación como sistema. Los cerca de cinco millones de personas que aportan –obligadas a aportar y que esperan ansiosas, algún día, usufructuar plenamente su fondo– le rinden grandes ganancias al oligopolio que administra los “fondos privados”.