El ex presidente Luiz Inácio da Silva lanzó una desafiante defensa pública tras ser condenado por corrupción y lavado de dinero, al acusar a sus rivales políticos de tratar de impedir que vuelva a ser presidente.
Un juez federal lo halló culpable en la víspera y lo condenó a casi 10 años de prisión, aunque el carismático dirigente seguirá en libertad mientras apela el fallo.
En un discurso breve y por momentos emotivo, Lula declaró a sus partidarios en Sao Paulo que la corte no tenía pruebas y la condena respondía a motivos políticos. Arrancó los aplausos al decir que desea busca la reelección el próximo año.
“Si alguien cree que esta sentencia me sacará del juego, debería saber que sigo en el juego”, indicó. “El único que puede declarar mi fin es el pueblo brasileño”, remarcó.
En varios momentos, la multitud vitoreó “¡Lula presidente!”. Un partidario mostró un cartel detrás de él que leía “una elección sin Lula es un fraude”.
HASTA AGOSTO DE 2018<7h2>
El caso ahora pasa a manos de un grupo de magistrados, y uno de ellos prometió que se tomarán medidas antes de las elecciones presidenciales de octubre de 2018. De ser ratificada la condena, las leyes brasileñas establecen que el ex mandatario no podría buscar la presidencia.
“Para agosto del próximo año se tomará una decisión sobre el caso”, aseveró el juez Carlos Eduardo Thompson, uno de los tres que atenderán la audiencia de apelación.
“Ya sea que la corte confirme el fallo y el ex presidente no pueda ser electo, o que anule la decisión y él pueda participar”, agregó.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.