La flota de Japón acaba de llegar al puerto de Tokio tras pasar casi seis meses en el Océano Antártico, donde realizó la polémica campaña anual de caza de ballenas y regresó con 333 de estos mamíferos marinos.
El grupo de naves partió en noviembre del año pasado con el objetivo de cazar a estos animales, pese a la moratoria internacional por ello, además de la férrea oposición de Australia y Nueva Zelanda.
La flota estaba conformado por cinco barcos, tres de los cuales llegaron el viernes pasado. La agencia de pesca de Japón defiende la campaña anual pues advierte que es una misión de investigación “para estudiar el sistema ecológico en el Océano Antártico”.
Sin embargo, los grupos ecologistas de Japón y el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ), considera que en realidad la caza responde a intereses comerciales.
“Cada año que Japón sigue con su desacreditada caza científica de ballenas es un año más en que se sacrifican estos animales magníficos sin necesidad”, dijo Kitty Block, vicepresidenta ejecutiva del grupo.
“Esta crueldad obscena en el nombre de la ciencia debe terminar”, añadió.
El país asiático se ampara en la investigación científica, asegurando que su objetivo es saber si la población de ballenas es lo bastante grande como para justiciar el retorno a la caza comercial.
No obstante, reconoce que la carne de las ballenas cazadas termina siendo vendida en los mercados e incluso en los menús de algunas escuelas.
DATO
- Japón lleva siglos cazando ballenas. De hecho, su carne —muy proteínica— alimentó a una nación hambrienta tras la Segunda Guerra Mundial.
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— Diario Perú21 (@peru21noticias) 2 de abril de 2017
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