Sao Paulo, en Brasil, es la mayor ciudad de Sudamérica y moverse en automóvil por sus calles se ha vuelto un caos diario para una parte de sus más de 20 millones de habitantes.
Sin embargo, lo que surgió como una solución, ahora es una pesadilla aun peor: la creciente aparición de helicópteros que sobrevuelan la urbe y hacen trizas la tranquilidad de los pobladores.
Actualmente, se registran un promedio de 1,600 vuelos sobre Sao Paulo al día, gracias a los 614 helicópteros en la ciudad, una de las flotas más grandes de todo el mundo.
Y es que el uso de estas naves buscaba solucionar los terribles congestionamientos vehiculares. Para mencionar solo un ejemplo, en mayo de este año se registró un gigantesco embotellamiento de 249 kilómetros.
MITIGAR EL CAOS
“Es uno tras otro, y eso va provocando una irritación que hace imposible trabajar. No es juego: cuando pasan bien bajo, con el ta-ta-ta-taaa, los vidrios de las ventanas y los tímpanos vibran”, relata a la BBC un violinista de Sao Paulo, quien padece el paso de estas aeronaves en lapsos de hasta tres minutos frente a su ventana.
Servicio Regional de Protección al Vuelo en Sao Paulo informa que recibe un promedio de 10 quejas diarias por el ruido de los helicópteros. Incluso decidió aumentar unos 60 metros la altitud que deben respetar los helicópteros en sus corredores urbanos, que actualmente se ubica alrededor de los 900 metros.
Y si bien este medio es usado por empresarios, famosos y millonarios, ahora empiezan a pulular los helicópteros ‘piratas’: personas que compraron naves para uso particular y que ahora los alquilan con piloto incluido para reducir sus costos.
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