En Fukoka, Japón, una sección de la carretera quedó totalmente habilitada dos días después de que un enorme agujero de 30 metros de ancho y 14 de profundidad se abriera frente a una concurrida estación ferroviaria y pusiera en riesgo la vida de numerosas personas.
El incidente causó cortes de energía e interrupción de las señales telefónicas, y suministros de gas y agua. Poco después, el agujero se lleno de agua por los cortes en las tuberías del alcantarillado.
Pero a pesar al desalentador panorama, los obreros llenaron el agujero con 6,200 metros cúbicos de arena y cemento; arreglaron las tuberías, instalaron nuevos semáforos y postas de servicio que se hundieron cuando el pozo se abrió el pasado 8 de noviembre.
Según el alcalde de Fukoka, Soichiro Takashima, el terreno afectado quedó en perfectas condiciones y 30 veces más fuerte que antes, y añadió que se establecería un panel de expertos para establecer la causa del derrumbe.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.