La policía federal de Brasilia, a cargo de la seguridad en fronteras y aeropuertos, anunció haber sellado un acuerdo con el gobierno para no hacer huelga durante el Mundial de fútbol que comienza en nueve días a cambio de un alza de salarios de 15,8%.
El fin del movimiento de huelga de la PF en todo el país depende ahora de asambleas de policías en cada uno de los estados, previstas en los próximos días, según el sindicato de la policía federal.
En el acuerdo alcanzado la noche del lunes, los policías lograron asimismo una “amnistía” para su huelga de 2012.
Los agentes de la policía federal brasileña paralizaron sus actividades en varios estados del país el 7 de mayo para reclamar mejores salarios y planes de carrera. Amenazaban con cruzarse de brazos durante el torneo, lo cual generaba inquietud en el seno del gobierno.
El ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, declaró no obstante el viernes pasado que “incluso en caso de huelga de la PF el plan de seguridad de la Copa del Mundo no se verá afectado, porque el gobierno tiene alternativas”.
La policía civil también llamó el 20 de mayo a hacer una huelga durante el Mundial. Una huelga de la policía militar en Salvador de Bahia (noreste), una de las 12 ciudades sedes de la Copa del Mundo, *culminó el 17 de abril tras una ola de saqueos y 39 asesinatos en menos de 48 horas. *
Unos 157 mil policías y militares garantizarán la seguridad del Mundial del 12 de junio al 13 de julio.
NUEVA PROTESTA
Sin embargo, siguen las protestas. La organización no gubernamental Río de Paz lanzó hoy doce balones de dos metros de diámetro en Brasilia para protestar contra el Mundial de fútbol y exigir que el Gobierno “pida perdón” por el gasto público en el evento de la FIFA.
La manifestación fue realizada en forma pacífica en la céntrica Explanada de los Ministerios, que concentra a todos los edificios del poder público en Brasilia, y se sumó a las muchas ya convocadas contra el Mundial, que comenzará el próximo día 12 en Sao Paulo.
Los activistas lanzaron a rodar por los jardines de esa avenida doce balones de dos metros de diámetro en los que pintaron cruces rojas para simbolizar la inseguridad en un país en el que, según datos oficiales, unas 50.000 personas son asesinadas cada año.
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