La actriz Susan Sarandon se encuentra liderando movimientos de última hora para impedir la ejecución de un reo que se llevaría a cabo en Estados Unidos este miércoles.
El caso de Richard Glossip, que recibirá una inyección letal en Oklahoma, se diferencia de las crónicas habituales de ejecuciones capitales en Estados Unidos porque muchas personas están convencidas de su inocencia, reclamada por el acusado desde hace casi 20 años.
Glossip, de 52 años fue declarado culpable de haber orquestado en 1997 el asesinato del propietario de un motel que él mismo gestionaba. Según la acusación, para cometer el crimen Glossip contrató a un joven de 19 años, Justin Sneed, quien admitió el homicidio.
Los defensores de Richard Glossip denuncian el hecho de que su condena tenga como prueba únicamente el testimonio de Justin Sneed, quien al declarase culpable y al haber implicado a su patrocinado logró negociar una reclusión perpetua.
Susan Sarandon y el millonario Richard Branson —dueño de la compañía Virgin— han estado entre quienes defienden públicamente al condenado.
“Si estudiamos el caso en detalle, encontramos varios motivos para creer que Glossip no ha cometido ese crimen”, escribió Richard Branson en una columna titulada Muerto pese al beneficio de la duda.
Esta lucha de la actriz ha sido comparada a la que encarnó en la pantalla grande con la película ‘Dead Man Walking’, en donde encarnó a una religiosa que acompañaba a un condenado a muerte en sus días finales.
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