Por Pierre Gutiérrez
La banda estadounidense P.O.D. se presenta en Lima esta noche por primera vez. El concierto empieza a las 10 p.m. en la discoteca Céntrica del Centro Cívico.
El grupo liderado por el vocalista Sonny Sandoval conversó con Perú21 sobre sus raíces musicales, sus influencias y cómo el cristianismo forma parte importante de sus vidas y su carrera artística.
Hace 13 años, con su disco Satellite, lograron vender más de 7 millones de copias, fueron nominados al Grammy tres veces y tuvieron un gran éxito a nivel global. ¿Cuál fue la clave para lograr todo eso?
Antes de que nos firme Atlantic Records, fuimos de gira por todo el país y comenzamos a construir una legión de fans. Cuando sacamos nuestro álbum The Fundamental Elements of Southtown (1999) vendimos un millón de discos, fue una manera de pavimentar el camino para lo que iba a venir con Satellite (2001).
En USA, Asia, Sudamérica y todo el mundo ya nos escuchaban. Nos tomó 10 años llegar a ese pico, fue decisión de Dios que sea así. En ese momento teníamos música positiva que tenía ‘huevitos’, en esa época todo era débil y música conocida como ‘chicle’ (Backstreet Boys, N’Sync, Britney Spears).
Satellite fue lanzado el 11 de septiembre de 2001, es decir, el día de los atentados contra las Torres Gemelas.
Sí, en ese momento la gente estaba buscando un mensaje positivo ante la ola de violencia que azotaba el país. Nuestras canciones hablaban de vida, en medio del caos que se vivía en esos días por el ataque. En esa época la gente no tenía ganas de escuchar bandas como Slayer o Slipknot. Los americanos estaban muriendo, nadie quería oír música tan loca.
Veo que tienes una gorra del grupo Bad Brains, ¿qué tan grande fue el impacto que tuvo esa agrupación en la evolución del sonido del nu metal?
Fue enorme. En la escena hardcore eran grandes. Era un grupo positivo y una banda conformada por cuatro negros. Al inicio, yo no escucha rock porque todos eran blancos, no podía sentirme identificado con bandas de blancos. Por eso que mi atención se centró en grupos como Bad Brains y Suicidal Tendencies. Ellos eran de color y hablaban sobre lo que pasaba en las calles de Los Ángeles o D.C., con eso si podíamos sentirnos identificados.
¿Y con respecto a la influencia musical? Lo que pasa es que Bad Brains ya hacía nu metal en los 80 mucho antes que Korn, Deftones y P.O.D.
Es cierto, pero también lo mezclaban con reggae lo cual era genial. Era una manera de decir que se puede mezclar sonidos y culturas. Eso fue lo que nosotros también logramos hacer con nuestra música, ya que a uno le gusta el metal, al otro le gusta el soul y funk y a otro el hip hop. Todo fluía de manera natural, no juntábamos nuestra música como si fuera un rompecabezas.
¿Fue difícil seguir creando música cuando su guitarrista Marcos Curiel estuvo fuera de la banda, entre 2003 y 2006?
Fue diferente, así lo describimos. Teníamos que seguir adelante. Fueron las circunstancias en ese momento, pero estamos alegres de que haya vuelto con nosotros. Nuestra espiritualidad nos ayudó a perdonar y seguir adelante con el grupo. Los discos que sacamos con el guitarrista de reemplazo (Jason Truby) son geniales, pero fue un capítulo aparte en la historia de P.O.D. No era la banda original, era P.O.D. con un invitado especial, pero ese fue el plan de Dios.
En su último disco Murdered Love (2012) las guitarras suenan muy pesadas y nos hace recordar al sonido de su primer álbum, Fundamental Elements of Southtown. ¿Cuál fue la motivación para crear un álbum con ese estilo clásico?
Tomamos un descanso para olvidarnos de los mánagers y todo lo relacionado al negocio. Cuando volvimos a juntarnos para tocar, sentimos que era como cuando recién empezamos hace 18 años en un garage.
Además, no poníamos atención a lo que estaba de moda. Simplemente tocábamos lo que amábamos, era música que salía del corazón. Era como volver a nuestras raíces y reecontrarnos con el amor por nuestra música. Nos alejamos de los mánagers por un tiempo porque nos decían que debíamos hacer algo como Limp Bizkit o Crazy Town. No les hacíamos caso y les dijimos que nosotros somos nosotros, somos 100% P.O.D.
¿Cuál es el estado del nu metal en la actualidad?
No nos interesan las etiquetas. Desde que empezamos nos etiquetaban como rapcore, rap metal y luego nu metal, pero eso no nos importa. En el 92 nos decían que les hacíamos recordar a Body Cunt, Suicidal Tendencies o Bad Brains. Más adelante nos decían que sonábamos como Rage Against the Machine. Luego, cuando Limp Bizkit se hizo famoso, nos decían que nos parecíamos a ellos, pero la verdad es que nosotros tocamos antes que ellos.
Simplemente somos P.O.D., representamos el sonido del sur de EEUU, consideramos que nuestras raíces están en el punk rock y el nu metal es apenas un 20% de nuestro sonido. Somos tan punk que afinamos nuestros instrumentos en vivo, nos equivocamos, no usamos pistas de fondo, somos una banda cruda.
¿El hecho de que sus letras toquen el tema del cristianismo fue un obstáculo para ganarse un espacio en la escena metal al inicio de su carrera?
Siempre fue un obstáculo. De hecho al inicio de los 90 la disquera Warner Brothers no quiso firmarnos por nuestras letras. Tenían miedo de cómo mezclábamos algo tan hermoso y bello con un sonido pesado. No lo usamos para vender, simplemente decimos lo que sentimos. Le tomó un tiempo a la gente entender eso.
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