César Salazar
La actriz Andrea Montenegro regresó con su personaje ‘Elena’ a la telenovela Mis tres Marías para tratar de recuperar a sus hijas. Hablamos de esta sintonizada producción y de muchas cosas más.
El retorno de tu personaje ‘Elena’ a la telenovela Mis tres Marías ha sorprendido a todos.
Es un personaje misterioso porque aparece de la nada y cuenta la historia de un secuestro, y puede ser que uno de los villanos esté atrás de todo esto.
Tu reaparición en esta historia ha marcado un triángulo amoroso de tu personaje con ‘Leo’ (David Villanueva) y ‘Jacqueline’ (Vanessa Saba).
El triángulo amoroso se da naturalmente. Quizá mi personaje no lo sienta porque tiene conciencia de que estuvo lejos. Ahora hay una tercera persona y un matrimonio que no se ha disuelto. Mi personaje ‘Elena’ llega a romper con la estabilidad y muestra el dolor de la separación que hubo en la familia.
¿Estás de acuerdo con el comportamiento de tu personaje?
Justifico a mi personaje al 100% y no soy la persona adecuada para juzgar. Ella encarna el arquetipo de la princesa que no deja de ser hija de papá y que ha sido mimada. A eso se debe que haya tanta rivalidad con su hermana. ‘Elena’ espera la mirada del hombre todo el tiempo.
¿Qué te parece el buen ráting que obtiene Mis tres Marías?
Me parece muy bien, la novela se lo merece y es un buen producto. La gente puede identificarse con los personajes.
En los últimos tiempos nos invadieron las novelas turcas. ¿Tú las ves?
No veo ninguna telenovela porque me aburro. Quiero contaminarme lo menos posible con el trabajo de otros actores, porque hay personajes que se repiten irremediablemente.
¿Crees que las telenovelas peruanas han evolucionado?
Es un género que gira en torno a un amor que no se puede realizar. No se deja el melodrama del amor, imposible porque funciona con la gente… Hay algunos lineamientos que se siguen de novelas mexicanas y, si bien es cierto que se está rompiendo con eso, tampoco se ha cambiado todo.
En el aspecto personal, hoy eres madre de dos niños. ¿La maternidad cambió tu vida?
Ha sido muy progresivo y a todas las mujeres la maternidad nos pega muy duro. Yo no fui la excepción porque una tiene que vivir también para otra persona. Yo vivía solo para mí y en esta carrera loca del éxito y el trabajo. Pero, de pronto, tienes esa obligación de cuidar a un bebé y se inicia el camino hacia el amor verdadero.
¿Eso ha motivado que te alejes de la imagen sensual que te caracterizó años atrás?
Sí, empecé a cambiar mi forma de vestir a través de mi maternidad. Ya no salía en tacos y todo fue cambiando. Uno va comprando ropa y ya no te gusta lo mismo. También creo que el yoga puede transformar la mente.
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