Todas las instituciones educativas deben privilegiar el desarrollo integral de los estudiantes creando un clima de aprendizaje armónico, donde las relaciones interpersonales se produzcan de manera horizontal y en confianza, de escucha permanente, con normas claras, con respeto y valoración de su cultura y sus saberes.
La educación básica debe tomar en cuenta todos estos elementos para la formación de niños, niñas y adolescentes.
Del mismo modo, se debe construir, de manera participativa y en equipo, un proyecto institucional que permita responder a los intereses y necesidades de los estudiantes, no solo en el ámbito académico, sino también en el ámbito deportivo, cultural, artístico y de desarrollo interpersonal, buscando su bienestar integral.
Ver crecer, desarrollarse y acompañar a los estudiantes en su historia académica, familiar, psicológica y de salud no es tarea fácil para ningún profesional. Demanda constituir una escuela afectuosa, atenta, dialogante, exigente, firme y orientadora en sus proyectos de vida.
Toda propuesta educativa debe desarrollar, principalmente, la capacidad de autoaprendizaje de los estudiantes, de “aprender a aprender”, rompiendo paradigmas como el que supone que “el maestro enseña y el estudiante escucha y aprende”.
La escuela debe contar con profesionales comprometidos y orgullosos por tener el privilegio de educar e imprimir valores, sentimientos y coraje entre los estudiantes.
En el Colegio Mayor, el maestro y el estudiante asumen retos en conjunto, desarrollando su capacidad de investigar e ir en busca del conocimiento, con lo cual se abre un abanico de posibilidades y oportunidades para aprender más allá del aula.
En el transcurso de estos años, hemos tomado conciencia de que estos rasgos no dependen fundamentalmente de recursos económicos, equipos e infraestructura –que son importantes y útiles–, sino del compromiso docente y una gestión horizontal, eficiente y transparente.
Esto significa para nosotros el compromiso desde la educación básica para un país en crecimiento, enfoque que abordaremos en CADE por la Educación 2015 junto con otros especialistas con el fin de sentar las bases de una educación básica.
Nuestra satisfacción como educadores no solo está en que un estudiante destaque por su alto rendimiento, sino también por su gran motivación por aprender, su capacidad para organizarse en el estudio y perseverancia para enfrentar los desafíos, además de manifestar un alto compromiso con su comunidad, sus regiones y con el país en general.
Ello, sumado a una gestión educativa eficiente, se traduce en los resultados en las aulas y fuera de ellas, mostrando que la única manera de contribuir al desarrollo del país es a través de la formación integral de la persona, y ello se logra solo en espacios privilegiados como la familia y la escuela.
Amparo Muguruza
Directora de COAR Lima Colegio Mayor – expositora en CADE por la Educación
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