La coyuntura económica mundial y el impacto que viene causando en el Perú confirman que la economía peruana es vulnerable en su canasta exportadora y que es necesario fortalecerla.
Cerca del 25% del Producto Bruto Interno (PBI) peruano corresponde a las exportaciones (tradicionales y no tradicionales) y de estas, algo más del 70% son exportaciones tradicionales, que agrupan productos con un bajo valor agregado y vienen vendiéndose al exterior desde hace muchos años.
[FMI: Latinoamérica necesita reformas para acelerar crecimiento económico]
Dentro de este paquete se encuentran productos del sector pesquero (harina y aceite de pescado), agrícola (algodón, azúcar, café y otros), minero (cobre, oro, plomo y otros) e hidrocarburos (gas natural y petróleo crudo y derivados). De ellos, el sector minero concentra la mayor participación de los envíos, ya que en lo que va del 2015 (enero-junio) son el 81.8% del total de exportaciones tradicionales y en el 2014 fueron el 74.2%.
Ahora, cuando se pone los ojos en el sector, es notable la mayor importancia que ha tomado el cobre –por la cantidad de dólares que trae a la economía– desplazando al oro a un segundo lugar, desde la primera década del presente siglo. De esta manera, en el acumulado del primer semestre del 2015 el cobre representa el 40.6% de las exportaciones mineras tradicionales y el oro el 35.4%; mientras que en el total del 2014 esta asignación fue de 43.2% y 32.8% respectivamente. Con lo cual, en forma conjunta representan cerca del 75% de los envíos tradicionales mineros.
También es importante considerar que el principal destino de los productos tradicionales que vende el Perú, es China, con una participación del 25% de estos envíos (US$6,557 millones FOB), y que además, esto es el 93% de todo lo que el país asiático importa del Perú (US$7,030 millones FOB). Estados Unidos es el segundo principal importador de los productos tradicionales peruanos, con una participación de 12%.
[CCL: Exportación no tradicional subió 4% en 2014]
PANORAMA
Todo esto evidencia que las exportaciones nacionales están sujetas directamente a la demanda de China y Estados Unidos y a los precios de los commodities como el cobre y el oro. Así, se encuentran enfrentando: (i) una China que sigue en proceso de desaceleración y no se perciben signos de recuperación debido a los resultados de su sector fabril; (ii) los precios de los commodities no se recuperarán en el corto plazo a los niveles anteriores al 2014 y, (iii) Estados Unidos está dando señales de recuperación, pero aún inestables.
Cada vez hay más prisa por diversificar la canasta exportadora peruana, que los proyectos que se están llevando a cabo para resolver el problema den buenos resultados y que sean en el menor tiempo posible. Esto permitirá que los productos no tradicionales, aquellos que poseen mayor valor agregado, tengan más participación en las ventas al exterior. También es importante que se diversifiquen los países de destino.
ANÁLISIS POR CARLOS GONZÁLEZ (ADEX)
Más allá de las fluctuaciones de corto plazo en los precios de los minerales, asociadas a los cambios internos que está sufriendo China, el fin del superciclo económico y la desaceleración de la economía peruana deben motivar una reflexión, teniendo el análisis siguiente: Primero, todavía tenemos una economía sensible a los términos de intercambio.
Segundo, se ha desarrollado una cartera interesante de productos no tradicionales, pero no tiene el mismo peso de los minerales; además, se han estancado en los últimos tres años debido, entre otros factores, a la pérdida de competitividad. Tercero, entramos a la fase contractiva del ciclo económico global sin haber hecho las reformas institucionales y estructurales requeridas para diversificar productos y mercados.
En ese orden de ideas, es muy importarte evitar que la crisis económica y política que experimenta el Perú cause confusión y que esta nos lleve a hacer experimentos que ya nos llevaron al fracaso en el pasado.
Internamente, debemos tener una perspectiva de largo plazo respecto del desarrollo. Hemos forjado una economía de mercado y creado instituciones propias de una economía moderna, pero todavía hay prácticas no competitivas y hábitos políticos que no priorizan el interés nacional.
Alberto Mendieta alberto.mendieta@peru21.com)
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.