Mediodía en la Videna. Luego del desayuno, antes del almuerzo. Las palabras de Víctor Rivera transmiten el hambre del que quiere y peleará por ello. Del que busca y espera encontrar. Detrás de los lentes negros está la mirada del técnico de la selección sub 20. Detrás de la mirada reside su deseo de regalarnos un buen Sudamericano y el boleto al Mundial de Nueva Zelanda. Víctor Rivera, el ‘Chino’, es protagonista.
¿Un entrenador que ya dirigió menores, que ha sido campeón nacional y ha disputado Libertadores se da tiempo para tener nervios?
La experiencia ayuda a superar los nervios, a combatir la adrenalina. Estar al mando de una selección es una responsabilidad, y eso es motivación. Este momento me llega en una madurez como entrenador.
Dirige a chicos de 18 años. Ellos quizá le contagian su adrenalina por empezar ya.
Vivimos nuestro propio partido. Me levanto a las siete y media de la mañana y con mi comando técnico salimos a correr tipo ‘Rocky’. Así nos preparamos. Botamos el estrés, cumplimos las actividades programadas, adiós tensión.
¿Y cómo combate la ansiedad en sus jugadores?
Tenemos sesiones de coaching donde se habla de autocontrol, equilibrio emocional. Hay técnicas de descanso enlazadas con la concentración. En una selección hay tres cosas básicas que hacer muy bien: descansar, entrenar y alimentarse.
Yo le sumaría el tema de controlar la tecnología en el plantel. Eso distrae al jugador.
Ese tema lo hablamos desde febrero del 2014, cuando nos juntamos la primera vez. Las reglas están establecidas en las concentraciones y los viajes. En el desayuno todos recogen sus celulares y tablets, y luego los entregan a las diez de la mañana para entrenar. Si bien es cierto que no es una fórmula para ganar, eso crea un reglamento y un hábito para mejorar la concentración.
¿Qué hay de la disciplina? En el sub 20 del 2009, Reimond Manco se paseó con la novia en el hotel de concentración.
Mis jugadores saben bien cuáles son las reglas de convivencia en un torneo. Hay un reglamento. Se les recalcará antes de viajar a ellos y a sus familiares. En este plantel no hemos tenido ningún problema.
La sub 20 que dirigió Ahmed en 2013 me parece que tenía más potencial. Estaban Benavente, Deza, Reyna.
Mi equipo está en un proceso que la gente va a conocer. Tenemos nuestras metas, nuestras pretensiones y la comparación no viene al caso. La anterior fue una excelente generación, pero la meta es la misma para esta: clasificar.
Sus defensas Luis Abram y Maelo Reátegui han tenido mucha actividad en Primera. En cambio, los porteros no.
Siempre es bueno que tengan roce, que tengan importancia en sus equipos, como también la tuvieron Alexis Cossio y Fernando Canales. En el caso de los porteros es más complicado, porque muy pocos pueden ser titulares en sus clubes antes de los 20 años.
Todos van a mirar al ‘10’ del equipo, Sergio Peña.
Un solo jugador no puede salvar a un equipo. Somos 11 los que luchamos. Sergio sabe lo que debe hacer y está tranquilo. Además, hay muchas maneras de generar juego.
¿Un delantero o dos?
Soy reacio a plantearme una sola idea. Podemos jugar con uno, pero llegamos con otros cuatro jugadores. Mis delanteros son distintos. Por ejemplo, Beto da Silva es mediapunta.
Argentina tiene a Ángel Correa y Paraguay a Tony Sanabria. Hay que cuidarse…
Hacemos análisis colectivos e individuales. Sabemos a quién tomarle la marca, cómo presionar y evitar errores que nos pueden costar. Claro, hay figuras en los rivales que estudiamos para poder frenarlos.
Por: Carlos Bernuy (cbernuy@peru21.com)
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