Insólito. Un procesado por tenencia ilegal de armas, que cumplía arresto domiciliario, salía y entraba de su vivienda a su antojo. Y lo peor es que, gracias a la complicidad de malos custodios, en la calle hacía lo único que sabía: asaltar a los transeúntes. La Policía lo capturó luego de que le arrebatara sus pertenencias a una ciudadana colombiana.
Insólito. Un procesado por tenencia ilegal de armas, que cumplía arresto domiciliario, salía y entraba de su vivienda a su antojo. Y lo peor es que, gracias a la complicidad de malos custodios, en la calle hacía lo único que sabía: asaltar a los transeúntes. La Policía lo capturó luego de que le arrebatara sus pertenencias a una ciudadana colombiana.