Insensato, insolente, desafortunado, imprudente y desatinado. Los adjetivos sobraron al momento de calificar la explosiva carta enviada por Álvaro Vargas Llosa a la Cancillería peruana, en la que expresa su oposición a la demanda establecida ante La Haya por los límites marítimos con Chile y asegura que Perú tiene “posibilidades mínimas” de conseguir un resultado favorable en el tribunal internacional.