Al terminar los alegatos finales del equipo jurídico peruano ante la Corte Internacional de Justicia, el agente Allan Wagner dijo que quienes suscribieron el acuerdo de Santiago de 1952, tras una conferencia sobre asuntos balleneros, no tenían la mínima intención ni estaban preparados para firmar un tratado de delimitación marítima. Concluyó pidiendo a la Corte un fallo equitativo y que limite la frontera en el mar partiendo del Punto Concordia hasta las 200 millas.